Por razones estrictamente personales este blog estuvo inactivo durante poco más de un año, pero hoy regreso para seguir compartiendo, con los miles de seguidores de SENTIDO COMÚN, mi particular punto de vista en temas de interés común.
Comenzamos.
Para el ciudadano de por si depauperado, agravado por la pésima situación monetaria por la que atraviesa como consecuencia de una crisis mundial, resulta prácticamente impagable el aumento a la tarifa del transporte urbano en la ciudad de Oaxaca, misma que fue aprobada por la ¿autoridad? del rubro, en coordinación con esa entelequia denominada Secretaria General de Gobierno.
Las dos instancias de gobierno autorizaron a los multimillonarios concesionarios del transporte urbano en Oaxaca, darle otra puñalada trapera a los miles de usuarios de este servicio en la capital, pero no exigieron a Medina, Candiani, Villanueva y quien resulte, inmediata atención a sus flotas de chatarras incubadoras de mugre y sinónimo de muerte.
Ni gobierno ni empresarios han salido ante la prensa para informar que aran para solucionar las múltiples deficiencias del trasporte urbano en Oaxaca capital, por ejemplo: los cientos de chatarras rodantes, los vándalos drogadictos o borrachos que conducen un bus destartalado como si fuera un deportivo del año.
Todo parece indicar que lo anterior al gobierno que aun preside Ulises Ruiz no le importa, y a los magnates del pulpo camionero, menos. La solución parece estar en nuestras manos. Debemos estar unidos no solo en los momentos que se anuncia un aumento a la tarifa, sino de manera permanente.
Los señores empresarios son dueños de sus autobuses, nosotros de nuestra vida, decisión y dinero.